En la vida, en general, para que ocurra algo, no basta tocar el claxon. Desafortunadamente, existen muchos aficionados a tocar el claxon, y pocos d ellos están dispuestos a salir de su coche para hacer que arranque el coche de delante.
Criticar es muy fácil. No se necesita ser un genio para apuntar los errores de los otros. Y es natural que los demás cometan errores; de hecho, solo no se equivoca quien no hace nada.
Las empresas están repletas de trabajadores que tocan el claxon contra todo lo que se intenta poner en marcha para volver el trabajo más fácil para todos. Mejor harían en no molestar, aunque no pudiesen, o no quisiesen, ayudar.
Es mejor encender una vela
Que maldecir la oscuridad
Tomado de :Generar éxito profesional de Lair Ribeiro. Editorial Planeta
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